Alex: ¿Has notado un gran
cambio de Aki y el misterio de los
cerezos a Aki y el misterio de la
gruta amarilla?
Marta: La verdad es que sí. Hay que tener en cuenta que Aki y el
misterio de los cerezos era una primera novela (y aún así era brillante). Pero
sí se notaban algunos pequeños fallos de vocabulario y de corrección. Esta
novela se nota que está mucho más trabajada, el pulido de la prosa y de la
trama son notables. Sin embargo, en cuanto a documentación, las dos novelas son
exquisitas. Hay que reconocer que se nota que quien las escribe sabe de lo que
habla.
M: Una de las
ubicaciones históricas que nos aporta el libro nos hace viajar a occidente a
través de la inclusión de portugueses. ¿Qué te ha parecido esta elección?
¿Crees que puede ayudar a acercar la novela a los lectores occidentales?
A: No creo que viajar a Occidente en la novela sea
una forma de atraer a más lectores occidentales, pero sí es cierto que es algo
que se estila poco. Francisco Narla lo hace en Rônin. Sin embargo, creo que es
muy acertado por parte del autor introducir otros temas que estuvieron muy
presentes y marcaron la historia de Japón de forma que a veces no tenemos en
cuenta. ¿Acaso alguien sabe que hubo una comitiva de japoneses y samuráis que visitó
Coria del Río enviados por el propio Shogún? En el municipio sevillano hay incluso una estatua
que conmemora el hecho.
A: Personalmente he
notado una disminución del elemento fantástico en favor de la trama policíaca.
¿Crees que el elemento fantástico (o sobrenatural, para hablar con propiedad)
es intrínseco de la obra que nos presenta Carlos?
M: Es cierto que todo lo relacionado con lo sobrenatural en la
novela y la cultura japonesa está muy presente. Es parte de su forma de sentir.
Sin embargo, en esta novela parece haber una cierta intencionalidad de
racionalizar todos estos aspectos. Se muestra una fe ciega en algunos puntos,
pero en otros se trata de encontrar una explicación que esté cercana de lo
terrenal. Quizá sea una herramienta (consciente o no) de acercar la novela al
público occidental menos acostumbrado a esas cosas.
A: Cuando terminé de leer el primer libro de Aki (Aki y el misterio de los cerezos) charlé
con Carlos sobre este tema. Entonces me pareció un romance forzado e introducido
en la novela porque la fórmula de la novela juvenil lo pedía. En este libro el
componente romántico es coherente con la trama y los personajes y resulta muy
natural (dentro de lo natural que sería un japonés de finales de la era Edo).
A: ¿Tu personaje
preferido?
M: Aunque en esta entrega he empatizado más con Aki que en la
primera, es cierto que mi corazón me lo ha robado Miyamoto.
M: ¿Y tu
personaje favorito?
A: El maestro Miyamoto. Creo que con esto no hay duda
alguna. Es esa figura paterna que todos hubiéramos deseado tener y que aparece
tan a menudo en la literatura en forma de maestro, viejecillo o el tío perdido
que llega para dar un par de lecciones al sobrino.
A: ¿Qué es lo que más te
ha gustado de la trama?
M: El que la historia gire un poquito más hacia lo policíaco en
mi caso ha sido un punto a favor, ya que soy lectora de género y reconozco que
me tira más. Tiene un alto componente de novela de aventuras, y eso también me
ha gustado mucho. Quizá de toda la trama los pasajes en que se relacionan con
los occidentales me ha llamado especialmente la atención, porque aporta una
visión de ellos desde los ojos de un oriental y creo que está muy conseguida.
M: En el texto
se integran decenas de palabras japonesas de las que si queremos traducción
debemos acudir al glosario que encontraremos al final del libro. ¿Crees que es
un acierto separarlo del texto, o que habría sido mejor incluir las notas al
pie?
A: Yo creo que las notas a pie de página cortan el
ritmo de lectura. A mí personalmente me desconcentran y me sacan de la lectura.
Además, muchas de ellas se entienden por contexto y a menos que sea algo vital
para la trama, no es necesario saber de qué se trata en ese preciso instante.
Por ello creo que es un gran acierto el Aki-Glosario que tiene este ejemplar.
Una vez terminada la lectura, podemos repasar aquellas palabras que no acabábamos
de entender del todo.
A: En el libro se
aportan una gran cantidad de datos históricos reales sobre Japón, directa e
indirectamente (por ejemplo en una escena se hace referencia a los agujeros de
bala de una armadura, denotando que en esa época Japón guerreaba con fusiles).
¿Te ha parecido que están bien introducidos en la trama?
M: Junto con la descripción de lugares y parajes, es uno de los
puntos fuertes de la saga de Aki, desde mi punto de vista. Especialmente cuando
sabes de buena tinta que el autor se ha documentado a conciencia para ello.
Creo que es un modo fabuloso de aprender un poquito más de historia, y teniendo
en cuenta que está concebida como una novela juvenil aún más.
M: No sé si
desvelamos una sorpresa al contarlo, pero esta entrega de Aki viene con el
añadido de traer ilustraciones. ¿Qué opinión te merecen?
A: Hay algo de niño pequeño en mí, que cuando veo una
novela con ilustraciones me pongo a dar saltitos. Adoro las ediciones
ilustradas, no solo demuestran mimo y cariño por la obra, sino que además
aportan un grado de inmersión todavía más grande con la obra. Además las
ilustraciones de Angélica López son una verdadera pasada y me parece un gran acierto por parte
del autor y la editorial haber decidido colocarlas.
A: ¿Qué te parece la
evolución de los personajes?
M: La evolución de Aki es evidente: ha crecido, ha madurado y
hasta se nos ha enamorado. Miyamoto parece el más hierático de los tres
protagonistas, pero tiene más de un gesto hacia Aki que denota que su corazón
se ablanda con el crecimiento de su aprendiz. E Ichiro no se queda atrás, de
hecho creo que es el que más cambia de los tres y al que más le cuesta
someterse a las leyes de un samurai. En algunos aspectos, Ichiro es con el que
más me identifico de los tres.
M: Las
descripciones en algunos tramos son tan realistas que casi puedes crear una
imagen mental de los espacios que describe. ¿Hay algún lugar que te haya
llamado especialmente la atención?
A: Sí, hay uno en especial. Para no desvelar nada de
la trama daré algunas pistas: templo, isla, lago, embarcadero. Si imaginamos
una de esas fotografías idílicas de Kyoto con el otoño rojo en su pleno
esplendor tenemos una imagen evocadora.
M: Sin dudarlo, “La primera lección que uno debe aprender en
este mundo es saber cuál es su lugar”. Ha sido una frase que durante varios
días me ha dejado mella y me ha hecho reflexionar. El libro está colmado de
máximas que te hacen ver las cosas desde otro prisma.
M: He
encontrado menos juvenil esta entrega que la primera de Aki. En el buen
sentido: lenguaje más elaborado, trama más adulta, e incluso al propio Aki más
maduro. ¿Cómo lo has visto tú?
A: Yo no creo que el primer libro (ni este) sean
juveniles. Es cierto que en el primero, como hemos comentado antes, la trama amorosa estaba introducida como elemento necesario para ese público y no aportaba nada
a la trama. Pero creo que el lenguaje, el tipo de historia y la cantidad de
datos históricos no la hacen una novela para un público juvenil (teniendo en
cuenta qué tipo de novelas se dedican a éste sector). De hecho, el final de la
primera novela tiene escenas bastante duras. En Aki y el misterio de la gruta amarilla la trama se recrudece, Aki
es más adulto, Miyamoto se hace mayor, y el mundo tiene una atmósfera más
oscura.
A: En retrospectiva,
¿Qué es lo que más te ha gustado de la experiencia de leer el libro?
M: Siempre he dicho que el momento en que lees un libro es muy
importante, y eso me ha sucedido a mí con El misterio de la gruta amarilla. Ha
sido un libro que, además de disfrutar con su trama, me ha calado hondo en
cuanto a toda la filosofía subyacente que contiene. Puedes tomarlo como una
novela de aventuras sin más, pero yo creo que es mucho más que eso.
M: ¿Y tu cita
favorita?
A: ¿Qué te parece la
edición de Quaterni en comparación con la de Toro Mítico?
M: Las portadas de Quaterni tienen algo que me fascina. El
tacto es fabuloso, y el tema de la introducción de las ilustraciones en el
interior creo que le da un toque de distinción muy positivo. La ilustración de
la portada de la primera me parecía brutal, pero como conjunto me gusta más la
de Quaterni.
M: ¿Crees que
haber establecido contacto con el autor te ha condicionado en la lectura y
valoración del libro?
A: Yo mismo me he realizado esta pregunta a lo largo
de la lectura. ¿Me gusta tanto porque Carlos me cae bien, o es mérito del
libro? Por supuesto con un vistazo objetivo al global de la novela te das
cuenta de que la propia obra habla por sí sola y desborda talento en cada
página. Cuando terminé la primera novela no conocía a Carlos, y la obra me
encantó. Creo que el contacto con el autor puede influir, y seguro que lo ha
hecho, pero siempre intento mantener la objetividad cuando leo. En ese momento
sólo somos el libro y yo.
A: Dime un pro y un
contra para alguien que no ha leído antes a Carlos y se compra este libro.
M: Un pro, que va a descubrir un magnífico escritor que
consigue recrear a la perfección el estilo de una novela escrita por un autor
nipón: la cadencia, el ritmo, el uso de las palabras. Si no te lo dicen de
antemano, puedes creer perfectamente que dueño de esas palabras es japonés. Un
contra… ¡que de momento solo hay dos entregas publicadas y que tendrá que
esperar a tener más dosis de Aki!
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